Proporcionalidad de la mejora en el incremento de valor.

Como todos sabemos, Scrum adopta, entre otros, los principios de la filosofía Lean para asegurar la máxima productividad de los equipos de trabajo, y entregar el mayor valor posible al cliente de manera incremental en periodos de tiempo reducidos. En general, se puede entender que una de las claves de Scrum es fraccionarlo todo de manera adecuada: el trabajo, el tiempo y la mejora.

Ya sabemos que estos periodos de tiempo para la entrega de una porción de valor de producto se llama Sprint. Y es al finalizar esta, en que ocurre un evento importante, llamado la Retrospectiva del Sprint, que permite validar al interior del equipo, el trabajo realizado, es decir, el enfoque ya no está centrado en el producto en sí, sino en todo lo que ocurrió para llegar a él, es un mecanismo de examinación del equipo para determinar con suma claridad, lo que se hizo bien, lo que se hizo mal, lo que se pudo hacer mejor y más rápido, lo que se podría mejorar, y principalmente, lo que se puede mejorar inmediatamente, que se entiende, serán las mejoras aplicadas en el próximo Sprint.

No obstante, para que esto ocurra, se requiere un alto grado de compromiso, disciplina, confianza y voluntad del equipo por mejorar en conjunto, por cuanto se requiere también de sinceridad y transparencia para asumir las responsabilidades y por retroalimentar de cara a mejorar, no hay búsqueda de culpables, sino un fuerte compromiso por la mejora.

Ciertamente, esto permitirá al equipo identificar rápidamente los aspectos que deben cambiarse para lograr el grado de mejora necesario, si bien, la perfección absoluta es prácticamente imposible, ayuda mucho tener claro ese rumbo de mejora permanente, el Kaizen.