La conciencia de la necesidad y el incremento del valor.

En la aplicación de aspectos de la mejora, basadas en la filosofía LEAN, muchos son los desafíos que hay que enfrentar, como el que se presenta cuando se pretende cambiar la forma de trabajo actual. En esa línea, hay un factor importante, quizás el más importante de todos y para todo: el valor.

El valor, como la suma de cumplimientos en diversos factores, es definido por el cliente, y simboliza la necesidad satisfecha desde el punto de vista del cumplimiento de los requisitos identificados y especificados para un producto o servicio.

Al ser entonces el valor, un factor clave y trascendental en la definición y organización de las estrategias de mejora basadas en LEAN, además de ser el factor por el cual un cliente está dispuesto a pagar, resulta importante que seamos capaces de mantener, contando con que debe haber una comunicación constante con el cliente, un enfoque permanente en satisfacer las necesidades y expectativas, en cumplir con los requisitos y deseos manifestados por el cliente, a fin de no perder de vista el rumbo de las mejoras. Considerando, además, que estas mejoras constantes debieran ayudarnos no solo a mantener ese valor del cual hablamos, sino que pueden llevarnos a encontrar y lograr algo mucho más ambicioso: la maximización del valor.

Con todo esto, puede quedar claro entonces que la falta de valor en los productos o servicios que entregamos, afecta directamente a la calidad de estos; además, de todo lo que eso conlleva hoy en día, una cadena de fallos y decepciones ligados al incumplimiento, que puede llevar el asunto hasta los niveles más altos, como la afectación en la reputación de la organización, y ello a su vez desencadenar otras situaciones aún más desastrosas para el negocio.