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Veamos el vaso medio lleno
By Ricardo Santiago
26 agosto, 2020 | 16:08hrs
La situación de pandemia que estamos viviendo a nivel global, es algo sin precedentes en la historia de la humanidad. Si bien es cierto que esta no es la primera pandemia que hemos sufrido como especie, si es la primera vez en la que un beneficio producido por el desarrollo de nuestra moderna sociedad, la Globalización, se nos ha vuelto en contra.
Es precisamente esa Globalización, que conlleva una movilidad inusitada previamente, la que está siendo uno de los vectores de contagio, y causa fundamental de que lo que comenzó como una epidemia localizada en una zona muy específica, se expandiera después hasta llegar a impactar a nivel global, y pasase a la categoría de pandemia.
El impacto que esta coyuntura está teniendo es esencialmente en la salud de la población, pero precisamente para contener los daños en la salud, en mayor o menor medida, los gobiernos de los diferentes países se han visto obligados tomar medidas que si bien sirven para minimizar el impacto a nivel salud, traen como daños colaterales los sociales y los económicos.
Con la situación descrita en los párrafos anteriores, todas las instituciones internacionales dedicadas a hacer previsiones económicas a nivel global se encuentran con la difícil situación de tener que prever cómo se van a comportar las diferentes economías mundiales, algo que en estas condiciones es casi como “adivinar el futuro”, un acto de fe más que una previsión económica basada en modelos matemáticos.
En todos los informes, de todas estas organizaciones podemos leer un especie de “disclaimer”, haciéndonos saber que dada la incertidumbre actual en múltiples aspectos, el más importante, sin duda alguna, es el comportamiento del propio virus, y por lo tanto la evolución de la pandemia, influenciado todo ello por variables tales como la aparición primero de una vacuna, y después de fármacos específicos, el éxito (o no) de las diferentes estrategias de cada país entre otras, hacen que las “previsiones” que se realicen sean diferentes de un informe al siguiente.
Como seres humanos la incertidumbre, los cambios, y en general el estar fuera de nuestra zona de confort, nos angustia. Es por ello que ante una situación como la actual, si queremos poder “mantener la calma” y retornar en la medida de lo posible a nuestra “zona de confort”, tenemos que ver toda esta situación actual desde la perspectiva del “vaso medio lleno”. No podemos anclarnos en ver el vaso medio vacío.
¿Qué podemos hacer para tener la perspectiva adecuada? Buscar las oportunidades que esta situación está generando. Por primera vez en la historia, todas las regiones a nivel mundial están en recesión, y aunque esto no es en sí mismo una oportunidad, lo cierto es que tampoco representa una desventaja, a priori, de ninguna región o país.
Oportunidad: Estamos todos en el mismo punto de partida. En España hay un refrán que dice “mal de muchos, consuelo de tontos”, y si bien en este caso también podríamos aplicar el refrán, la realidad es que dentro de esos muchos, en este momento estamos incluidos absolutamente todos, sin exclusión posible.
Desde hace ya algunos años en la industria de TI, y más recientemente también en la clase política y empresarial de prácticamente todos los países, está muy de moda, y es muy “cool” hablar de Transformación Digital, de todos sus beneficios y de muchos planes y acciones específicas para activar dicha Transformación Digital. Con el mismo resultado, en diferentes grados, en todos los países y/o regiones: La Transformación Digital no es que todos los hogares tengan acceso a internet, y que todas las empresas tengan un website, que en realidad si es una parte, la más “técnica”, de la Transformación digital. La Transformación Digital, tiene más de lo primero (transformación) que de lo segundo (digital). Tiene mucho que ver con cómo cada empresa se aproxima al mercado, con dónde pone el foco, y dónde están sus prioridades, y por supuesto en cómo orquesta todo esto.
Oportunidad: Es el momento, y no va a haber otro mejor, de poner en marcha la Transformación Digital. Lo es porque realmente las empresas si quieren seguir teniendo opciones de perdurar en el tiempo, deben poner en el centro de todas sus decisiones y operaciones a sus clientes, los actuales, pero también los potenciales. En este sentido, tanto empresas como empleados y profesionales independientes, deben entender qué es, en qué consiste y cómo ejecutar los cambios necesarios para una Transformación Digital exitosa en sus respectivas organizaciones. Dentro del término Transformación Digital podemos encontrar muchas “disciplinas”, por denominarlas de alguna manera, y todas ellas en conjunto son necesarias para tener éxito.
Como profesionales de TI los retos que se nos ponen por delante son muchos y yo diría que muy interesantes. Los cambios que en condiciones “normales” veríamos ocurrir en un periodo más o menos largo de tiempo, se van a acelerar y concentrar “unos pocos” próximos años, por lo que todos, en cada uno de nuestros ámbitos debemos estar preparados y actuar con la mayor anticipación.
Oportunidad: Nos enfrentamos a muchos cambios, y mucho más concentrados en el tiempo que nunca. Cambios que van desde la manera en la que trabajamos, hasta cambios en muchas de las profesiones que hoy conocemos y que ya antes de la pandemia corrían riesgo de desaparecer, unas veces por obsolescencia y otras por sustitución de la mano de obra humana por robótica. Lo que está claro es que el humano es una “máquina” irremplazable en sí mismo, por lo que lo más probable es que en algún momento determinado del tiempo, y me temo que no está muy lejano, comencemos a hablar de procesos de reconversión en diferentes industrias y sectores, y esto es sin duda alguna una oportunidad. Lo único seguro que en este sentido nos va a funcionar, y de hecho es lo que siempre ha funcionado, es ser un “eterno aprendiz”, estar en continuo proceso de aprendizaje y desarrollar nuestro talento en nuevos o evolucionados ámbitos.
No hay fórmula mágica, y lo que es aún más inquietante, no hay una referencia previa de tales características en la historia. Lo que sí parece claro es que debemos intentar VER EL VASO MEDIO LLENO.