La trascendencia en la definición.

Durante el desafío de llevar adelante un proceso de búsqueda de soluciones creativas e innovadoras a diversos problemas o necesidades; el design thinking es un instrumento que ayuda a conceptualizar, y mejor aún, a clarificar la necesidad de clientes y usuarios para generar alternativas de solución concretas en un contexto específico o particular.

Si la empatía era un paso importante para conocer, entender y asimilar de forma más diligente la necesidad o el problema; el paso siguiente debe permitirnos procesar, organizar y analizar la información recogida e identificar relaciones y posibles modelos lógicos que permitan confluir en una serie de ideas principales que han de servir para definir, o que han de ser en sí mismas, las claves de la necesidad o, mejor dicho, la manifestación de los “porqués” de la necesidad o del problema.

Lograr la claridad absoluta en la definición de las claves y los porqués, mejor conocidos como los “insights” de la necesidad o problema, no es del todo sencilla, debido a que se requiere el nivel de abstracción suficiente, en base a un cúmulo de información relevante, que permita ir más allá de lo manifiesto y aparentemente claro para establecer una perspectiva más profunda y  precisa que defina el rumbo de lo que será en la siguiente fase, el centro de actuación para el diseño de soluciones, es decir, la definición del rumbo para el enfoque creativo y la generación de ideas capaces de crear soluciones novedosas a las necesidades o problemas planteados.